Según ponen de manifiesto distintos estudios sectoriales, algunos de los factores que se interponen en la evolución de este tipo de negocios hacia el paradigma digital son el desconocimiento acerca de lo que significa digitalizarse, la ausencia de orientaciones acerca de cómo abordar el proceso y la presunción del elevado el coste económico que supondría asumir este reto.

En el proceso de digitalización de la empresa, el segmento PYME es el que más rezagado se encuentra. Solo 1 de cada 5 pymes manifestaba en el 2020 tener un nivel de digitalización alto, según un informe de American Express, aparte de que el Digital Economy and Society Index sitúa a nuestro país en el puesto 13 del ranking europeo de empresas digitalizadas, siendo las pymes españolas las que aún tienen pendiente explotar todo el potencial del comercio electrónico.

La digitalización, aparte del mayor reto para las pymes, es también una gran oportunidad para ellas, al permitir aminorar sus costes de explotación e incrementar la eficiencia de todos sus procesos, abriéndoles la posibilidad de ampliar sus mercados.

Estos son 5 de los puntos claves:


  1. La tecnología no es un fin en sí mismo, sino un medio para conseguir los objetivos de la empresa.
  2. Gracias a la tecnología, cualquier empresa tiene la oportunidad de acceder a un mercado con una cantidad de consumidores mucho mayor, si bien, por esta circunstancia, también habrá que competir con más actores que en el modelo tradicional. Ahora bien, antes de acometer cualquier proceso de transformación, la pyme debe convencerse de que sólo a través de las herramientas tecnológicas puede escalar posiciones en su carrera competitiva.
  3. Hay que detectar problemas que puedan solucionarse con la aplicación de la tecnología y establecer las áreas de mejora.
  4. Estudiar el contexto y el mercado en los que opera la pyme es el mejor modo de identificar los retos y oportunidades de mejora que pueden lograrse mediante la utilización de la tecnología. Conocer el ámbito en el que los clientes y el sector se mueve facilitará el proceso a la hora de decidir qué camino es el más correcto. En esta fase se trataría de responder a preguntas tales como: ¿Cuáles son los mejores canales de distribución o de conexión con mis clientes? ¿Cómo dirigirme a ellos? ¿Qué ofrecerles?
  5. Para decidir por dónde comenzar el proceso hay que establecer prioridades y seleccionar aquellas áreas que vayan a tener mayor impacto en el negocio.
  6. Un autodiagnóstico de la propia empresa, a la vista del sector en el que opera y de las necesidades que presentan los clientes, permite a la pyme definir qué objetivos desea conseguir y qué aspectos mejorar tanto en relación con sus productos como con sus procesos internos y externos. La apuesta tecnológica, en cualquier caso, marcará la diferencia y mejorará la propuesta de valor de la compañía al mercado.
  7. Para seleccionar las herramientas, éstas deben ser las que mejor se adapten a la empresa.
  8. Utilizar todas las herramientas disponibles en el mercado (e-commerce, página web, CRM, big data, redes sociales, etc…) puede ser una tarea extenuante que en muchos casos no devolverá el esfuerzo realizado. Por esta razón, para conocer aquellas que mejor respuesta darán a las necesidades de los clientes, vale la pena contar con el asesoramiento de profesionales. No obstante, se impone como criterio de selección las siguientes premisas: deben ser herramientas sencillas y escalables en el largo plazo, teniendo en cuenta que será necesario, en muchos casos, dispensar al equipo la correspondiente formación.
  9. Disponer de un plan de digitalización articulado en tres fases.
  10. El plan de digitalización comienza con dos elementos fundamentales: definir cuál es el presupuesto que tenemos y seleccionar o contratar a la persona encargada de ponerlo en marcha. El presupuesto definirá qué herramientas podemos usar y cuán ambiciosos podremos ser. En principio, la pyme no debería preocuparse si no puede completar su digitalización en el primer intento. Uno de los objetivos de la digitalización es aumentar las ventas y ser más rentables, por lo que con los beneficios que generen las primeras acciones se podrá continuar con el proceso a posteriori. Igualmente, hay que tener en cuenta la importancia de contratar a un consultor externo para llevar a cabo la digitalización.